lunes, 8 de febrero de 2010

RECIEN ME DI CUENTA DE LO QUE HAY QUE SABER

Lunes a la noche. Partido. Otro más. Juegan Independiente y Godoy Cruz. Pero tengo la cuota de fóbal cumplida por el fin de semana. Además, estoy chocho con el Newell’s del domingo. Chocho es mucho decir: le ganamos a Boca con los nísperos en el pescuezo, pero le ganamos. No hay noticiario ni 6,7,8. Una pálida. Entonces, me voy de zapping unos metros y clavo la sintonía en el 13. Engancho el final de Telenoche. El rictus de estar oliendo mierda de Santillán parecía haber alcanzado su máximo esplendor: hablaba pestes del comandante Chávez, a quien las imágenes mostraban dando ideas y directivas para preservar el casco antiguo de Caracas.
¿Cómo qué Santillán? María Laura, claro. La que según cuentan algunos chusmas dejó al marido -Carlos D’Elía; nada que ver con nuestro Luisito D’Elía, sino el gerente de noticias del pestilente Canal 13, al que llegué vía zapping después del frustrado intento por ver 6,7,8, ya lo conté- porque, dicen que dicen, sólo le falta andar de la mano por los pasillos de la repugnante emisora con el conductor televisivo de su staff Mario Masaccesi. Ojo al piojo: dicen, eh, yo no los vi chapando ni nada a esos dos, me lo contó un amigo.
No les di el raje de inmediato a los bichos esos, como se merecen. Dejé un minuto más, a ver si decían alguna maldá acerca de la salú del Flaco Néstor, pero le dieron paso el gil que habla del tiempo. Al final, y por el mismo precio, apareció Biassati para hacer el cierre. “Telenoche. Todo lo que hay que saber”, le escuché decir. Dije "puaj", y la gata me miró asustada. Caché el cambiador para hacer justicia. También tenía mi cuota mensual con el monopolio cumplida.
Pero me frené. Quedó picando la frase esa y se me puso amarga la boca: “Todo lo que hay que saber está en Telenoche”, había dicho este Santo que no es de mi devoción, como tantas otras veces, pero... ¡Carajos! ¿Cómo es posible? Montones de veces le escuché decir lo mismo y recién ahora caigo. ¡Lo que hay que saber, dice! ¡Ellos son los que dicen lo que hay que saber! ¡Malhaya con la soberbia! Es el eslogan del inescrupuloso noticiario del orto. Pero lo que me llama la atención también es mi sordera. No saber escuchar lo que dicen y han dicho toda su existencia descaradamente me deja muy mal parado frente a mi mujer, mi hija, mis compañeros, mis amigos, mi psiconalista... Y sobre todo frente a mí mismo, que a veces me siento piola porque leí tres libros.
Pero no voy a callarlo, hacer pública mi sordera, mi distracción, mi cortedad, mi mala escucha, mi sentido común y mi capacidad de comprensión modelados por los medios monopólicos será mi expiación.
“Floreció la Santa Rita, ¿viste?”, me dice mi mujer. Me asomo al balcón. Cierto, floreció. Pero yo me siento un pelotudo marca cañón. Ellos, unos desfachatados. Yo, un mamerto. Ella se va con Delfina K, que maúlla pidiendo mas casancrem, yo me siento a escribir esto, a ver si se me pasa la bronca.
Lo que hay que saber. Por lo pronto, están diciendo que hay un montón de cosas que no hay que saber. O que hay que no saber. Me avisan que existe una parva de noticias que no me transmiten, porque eligen no hacerlo. Pero además sugieren que eso está bien así. Que es la garantía que me ofrecen para que siga sus opiniones. Lo que hay que saber significa lo que quieren ellos que sepamos, y también lo que no quieren que sea público y notorio. Y no voy a hacer la lista hoy de las causas por evasión, de los chantajes, de Papel Prensa, de los manejos espurios con los anunciantes, de sus relaciones non sanctas con la dictadura genocida, de su negociados con las AFJP en detrimento de los jubilados, de las presiones que ejercieron sobre éste y todos los gobiernos; del miedo, la confusión, la desinformación y el odio que siembran. Que de eso no quieren que sepamos. Lo que hay que saber. Esa frase es el núcleo de acero de la ideología (in) comunicacional y empresarial de Artear y el grupo Clarín. Su negocio es que no sepamos.
Esto que cuentan Santillán con su falso coloquialismo, Biassati con esa fayuta complicidad que intenta crear con el televidente, es lo que debe saber el ciudadno argentino y solo eso; lo que al monopolio le conviene que se sepa. Tanto que hay personas humanas como usté y como yo que creen que lo demás, aquello que no cuentan, no vale la pena saberlo; acaso hasta lleguen a creer que no exista lo demás, y que la realidad sea apenas lo que los sediciosos Magnetto, Aranda, la Noble apropiadora de hijos de desaparecidos y toda la recua de amanuenses y jetones que explotan -Santillásn y Biassati incluidos aunque sean mucho más caros que otros-, imaginan e inventan para sostener sus negocios. A costa de la desgracia de cuarenta millones de nosotros, en los que se ciscan, por si hace falta decirlo de nuevo. Aunque muchos no se den cuenta, claro está. Acaso porque siguen obnubilados, creyendo a pie juntillas que eso y solo eso que mandan Clarín, TN, el 13 y sus replicadores es lo que hay que saber.
Esta vez no puedo decir que me engrupieron. Me avisaron posta-posta lo que hacen. Sólo que me di cuenta recién ahora.

Entrada de: Turco Turquestán

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