Por Constitución, aledaños a Canal 13, vimos el afiche que acompaña la entrada.
Alude a un supuesto paralelismo entre las políticas de Estado que se llevan adelante tanto en la Argentina como en Venezuela con el fin ultimo (supuesto por quienes los pergñaron) de coartar la libertad de expresión e imponer el autoritarismo.
El único punto en común que encontramos, es que en la región son muchos los gobiernos que intentan dar cabida a otras voces acalladas por los monopolios mediáticos. Vale aclarar que dos canales sancionados en Venezuela por el gobierno se dedican al chimenterío de la farándula y son punta de lanza en la tarea de denigrar al gobierno elegido mediante el voto popular en elecciones colmadas de "observadores" internacionales.
Nestor Kirchner hace un par de semanas hizo una denuncia, que por la gravedad institucional que conlleva, debería ocupar el centro de los espacios informativos: afirmó de manera contundente que el Sr. Magneto, CEO del Grupo Clarín fue a verlo para pedirle que se postulara candidato a Presidente por un nuevo período, y concediera ventajas para comprar un megaempresa de telefonía. A cambio, garantizaba que todo el personal del medio produciría información favorable a su gestión de gobierno.
Cuando uno comprueba el ataque permanente a la gestion de gobierno de Cristina Fernandez hecha por Clarin la desde el inicio de su mandato grita: ¡Eureka!
Hasta para el más distraído la denuncia del ex Presidente debería haber tenido más trascendencia que el Watergate. Pero aquí, mutis por el foro.
No saltaron los "republicanistas acérrimos", muchos, muy ocupados en sobrevolar en búsqueda de algún garrón que quedara después del papelón Redrado y asociados, (guardianes de las reservas de los argentinos). Ni los periodistas estrellas independientes de los nacional y popular acudieron a pedir mayores explicaciones, ni ningún fiscal feriante recogió el guante.
A uno le hablan del poder.
Uno se imagina que lo confiere con el voto. Hasta que se despacha con estas clases prácticas, en las que descubre que hay quienes acumularon poder económico y que deciden antes que el resto de los empadronados.
Si busca en los diarios, en lugar de la denuncia encuentra en la tapa que algunos dirigentes comenzarían a hacer rancho aparte y que el peronismo se debilitaría en consecuencia. Como siempre, el potencial reemplaza a casi todos los modos y tiempos verbales. Encuentra también declaraciones en favor de la no confrontación permanente y hasta las de algún disidente confundido que aboga en defensa de los intereses monopólicos!
Pero nosotros, simples buceadores del pensamiento nacional y popular, estamos obligados a mantener esa coherencia de la que el pueblo hace gala cuando se manifiesta en defensa de sus intereses, absolutamente opuestos al de los monopolios.
En el artículo Ayer, liberación o dependencia. Hoy, liberalismo y dependencia, de A.Catalano (redactor de Crónica) y Alberto Suárez (Economista-CFI) publicado en la revista La JP, de diciembre 1988, leemos: “Quién hubiera pronosticado hace 15 años que la sociedad argentina iba a discutir a fines de la década del 80 la retirada del Estado como sujeto principal de actividades estratégicas en el área del petróleo, las telecomunicaciones y la energía, habría sido tomado por un delirante. La historia económica del peronismo y de la década del 60, con el desarrollo de un fuerte sentimiento antiimperialista nacido al calor de las numerosas luchas de liberación nacional en los países del Tercer Mundo, originaron en la militancia política de entonces la seguridad de que era el Estado la herramienta válida de acumulación económica. La historia enseñaba que si así no ocurría eran los monopolios multinacionales los que se encargaban de esta tarea en nombre de sus intereses. Releyendo el programa del FREJULI o el Plan Trienal de 1973, se encuentran definiciones concretas en este sentido: no eran las leyes del mercado funcionando libremente, las que asignaban con mayor eficacia los recursos, sino el Estado a través de una plantificación integral que en representación de los intereses populares orientaba y determinaba un estilo de desarrollo de nuestro país”... Entendida así por la mayoría de los argentinos, surgía con fuerza y claridad que “si a la economía no la regula el Estado, la regulan los monopolios en beneficio propio”.
Del diario digital Política y medios, extraemos: Con una medida cautelar aceptada por el juez Ernesto Marinelli, los socios privados de Papel Prensa, La Nación y Clarín, lograron suspender la venta a valores igualitarios del papel de diarios que producen en la pastera que poseen junto al Estado en la localidad de San Pedro. Según los diarios de Ernestina Herrera de Noble y Bartolomé Mitre, la medida “resulta probablemente inconstitucional” porque la secretaría de Comercio Interior carecería de facultades para dictarla y aseguran que los antecedentes nombrados en la resolución, “constituyen meras notas de cuatro empresas editoriales cuyos términos son completamente insustanciales y no prueban, de ningún modo, el supuesto desabastecimiento de papel, ni, mucho menos, que Papel Prensa SA incurra, o haya incurrido, en un abuso de posición dominante”.
Los diarios cooperativos y PyMEs, nucleados en la Federación de la Asociación de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (ADICCRA) consideraron “un paso atrás” el fallo de Marinelli y señalaron que “es muy dañino para los pequeñas y medianas empresas de diarios del interior”.
Compañeros, tenemos aquí una demostración palmaria, práctica.
Quizá no tengamos guita para los afiches. Pero tenemos la obligación de poner blanco sobre negro aquello que interese a la defensa de los intereses del pueblo. Recordemos que nacimos con la tiza y el carbón, así que hagamos circular toda la información que tengamos.
Abrazo,
Entrada de Mirtha Muragua – Cruz del Sur
ESPAÑA, TRAS LOS PASOS DE ARGENTINA
Hace 12 años
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