miércoles, 12 de mayo de 2010

"LA ENTRAÑA REVOLUCIONARIA DEL PERONISMO". UNA VISITA DE CRISTINA A LA VILLA 31

Ayer la presidenta Cristina fue a la Villa 31, de Retiro. Estuvo en la parroquia Cristo Obrero, en un acto en recordación del martirio del padre Mugica, asesinado por la Triple A el 11 de mayo de 1974. Allí está sepultado Carlitos, el cura de los pobres.
Fue clarita, la Presidenta, como siempre. Le dijo a la concurrencia que "los pobres necesitan de los movimientos políticos", porque "no basta con leer el Evangelio".
Lo misma prédica de Mugica, treinta y seis años después, bajo ese mismo techo, a los cristianos reunidos para recibir su mensaje crístico y peronista.
¿Habrá escuchado el cura Bergoglio? ¿Le importará a él y a la cúpula eclesiástica este llamado a la realidad? ¿Bajará el copete y dejará de confrontar por un rato? ¿Recordará las palabras y el pensamiento de Mugica, en homenaje de quien dio misa en 1999, cuando fue trasladado del cementerio de la Recoleta hasta la capilla donde descansa hoy?

PERONISMO Y CRISTIANISMO

Vamos a refrescarle al obispo de Buenos Aires algo que escribió nuestro cura en 1973: "Cristo nos enseña en el Evangelio que el modo no ilusorio, no engañoso de estar cerca de El, es estar junto a los hombres. Amar a Cristo es amar a los hombres. Por eso San Juan de la Cruz dice que al atardecer de la vida seremos juzgados en el amor. Cristo en el Evangelio se identifica sin más con el prójimo, con el otro y por eso hace depender la suerte eterna del hombre del amor real, concreto y eficaz que haya tenido con su hermano. 'Vengan conmigo benditos de mi padre porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estuve desnudo y me vistieron... Apártense de mí, malditos, porque tuve hambre y no mecieron de comer tuve sed, no mecieron de beber, estuve desnudo y no me vistieron' (Mateo 25, 30‑46). Hoy los cristianos hemos comprendido que esta exigencia del amor no sólo tiene una dimensión personal sino también una dimensión estructural. Tengo que amar no sólo a nivel de individuos sino a nivel de pueblos. Y fue a nivel de pueblo que él peronismo a través de su paso por el gobierno realizó el mandato evangélico del amor real y verdadero a los humildes". Y algo más consignó, que vale la pena copiar textual: "Si históricamente hubo algún desentendimiento entre la Iglesia y el peronismo (...) se debió a que algunos de nosotros en lugar de analizar la realidad desde el pueblo, desde los pobres como lo manda Jesús en el Evangelio, infectados por una mentalidad elitista lo veíamos todo desde una óptica oligárquica. Y claro que para la oligarquía el peronismo era el desastre, la hora de los 'negros'. Para mis queridos cabecitas el peronismo fue, es y será, si continúa fiel a sus esencias y desarrolla su entraña revolucionaria, el movimiento de redención social más formidable que ha conocido nuestra Patria".
El peronismo con la guía de Cristina ha retomado decidido la lucha por la igualdad y la justicia. Su visita a la capilla Cristo Obrero rubrica que esa sentencia de Mugica sigue siendo verdad.

Entrada de: Osvaldo Tangir

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