Fuimos compañeros de colegio. Amigos. Era valiente, luchadora, alegre, bella, y no se lo perdonaron. Compartíamos una idea esencial: el sentimiento peronista. El 7 de agosto de 1976 estaba junto a Horacio García Gastelú, su novio, en su casa de Banfield. A las dos y media de la mañana un grupo de civiles armados irrumpió y se los llevó. Desaparecidos. Según la información reunida por la familia, Horacio habría permanecido en cautiverio en Campo de Mayo para ser trasladado después al manicomio Melchor Romero y de allí a la U-9 de La Plata. Dicen que también lo llevaron a la isla Martín García. Tras larga búsqueda, el Equipo de Antropología Forense lo identificó: fue una entre las 30 vícitmas de la salvajada que hicieron en la noche del 29 de agosto de ese año cerca de Pilar, en la llamada Masacre de Fátima, cuando fueron dinamitados 30 argentinos. Dinamitados, dije, sí. Haydeé, su madre, al fin, tras tantos años de búsqueda, pudo enterrarlo en el Cementerio de San Justo en 2002.
De Ada no se pudo saber nada hasta hoy. Ella vive en nuestra memoria y también en el pecho de Haydeé, que sigue llevando su foto y su nombre bordado en el pañuelo blanco.
Ada Victoria, Horacio... Sus nombres están entre otros 30.000, que mañana volverán a repicarán en el corazón de la multitud.
Hace un tiempo escribí este tango para ella, acaso con la secreta intención de que su ejemplo militante tenga un lugar en el recuerdo de algunos, en la historia lomense, en la del país. No puedo esperar a ponerle música para darlo a conocer. El tiempo no se detiene y la memoria no puede esperar...
Esquina del 73
A veces, la vida, que pasa y no vuelve,
cansada de ir siempre, frena la noria
y en el estaño lustral de la memoria
acoda el alma contra corriente.
A veces a la vida, golondrina loca,
en vez de seguir le pinta volver,
y va en un Cañuelas destartalado
hasta aquella esquina del 73.
Tiempo sin tiempo de los dieciséis…
Parisién, jotapé, aerosol, madrugada,
Y vos, hermana buena, llamándome.
Garibaldi y la Avenida, el boliche de Macías,
Viejos en grappa, Lomas de ayer,
Y aquella cuarteta que el Vasco Garmendia
cantaba sonriendo, a la concurrencia
suena otra vez:
“Tres cosas hay en la vida:
Gardel, la Vieja y Perón,
El que tenga esas tres cosas.
Que le dé gracias a Dios.”
A veces, la davi se flipa entre humos,
se esfuma de ahora, me deja en recuerdos.
Tu risa, hermana, entonces escucho
y en tu voz lejana mi nombre es un eco.
¡Ahí estás en la Plaza, con los compañeros!
carita irlandesa, pilcha e’ colegio inglés…
tu nombre bordado en un pañuelo blanco,
tu foto de ronda en el pecho de Haydée.
Tiempo sin tiempo, como si fuera ayer.
el destino sigue escrito en la pintada, Ada
esquina nuestra del 73.
Garibaldi y la Avenida, el boliche de Macías,
Mi viejo y su grappa, Lomas, recién,
Y aquella certeza que el Vasco Garmendia
predicaba en serio a la concurrencia
late otra vez:
“Tres cosas hay en la vida,
la Patria, el tango y Perón,
El que tenga esas tres cosas
Que le dé gracias a Dios”.
Entrada de: Osvaldo Tangir
ESPAÑA, TRAS LOS PASOS DE ARGENTINA
Hace 12 años
Fui compañera de Ada, de secundario y de algunas acciones de su militancia , más tarde trabajé en YCF lugar en el que ella laburaba cuando la secuestraron de su casa de Bánfield, nuestro barrio. Ser peronista cada día de mi vida y obrar en consecuencia es mi pequeño homenaje a la compañera de mis 16 años... hasta la victoria, siempre...
ResponderEliminarPatricia Morales
Paticia, Patricia...! Somos empecinados, vamos por la victoria, como siempre. Gracias por acercarte a este blogsito huilde pero compañero.
ResponderEliminarHola Osvaldo, mi nombre es Magdalena, soy la sobrina de Ada, buscando algún recuerdo que me acerque a mi tía me encontré con esto. Me gustaría poder comunicarme con vos, charlar un rato que me cuentes de ella.Te dejo mi correo: maguiruilopez@gmail.com . Muchas gracias de corazón, es lindo saber que su lucha valio la pena.
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